EL NOMBRE DEL VIENTO. ¿OBRA MAESTRA DE LA FANTASÍA MODERNA?

 PATRICK ROTHFUSS Y EL NOMBRE DEL VIENTO

En el año 2007 el profesor de literatura y filosofía inglesa en la Universidad de Wisconsin, Patrick Rothfuss, publicaba El nombre del viento. La primera parte de una trilogía conocida como Crónica del Asesino de Reyes. Esta novela que hoy en día es muy conocida por todos los amantes de la fantasía y ha vendido millones de libros en multitud de países vivió un arduo y lento proceso para poder ver la luz.

Patrick se matriculó en la Universidad de Wisconsin en el año 1991. Allí, pasó hasta 9 años estudiando diferentes materias y asignaturas que le interesaban. Es en ese preciso momento donde debemos situar el germen de una novela que no se vería publicada hasta muchos años más tarde. Rothfuss comenzó a escribir una novela extremadamente larga cuyo título provisional era The song of Flame and Thunder, este nombre tuvo que ser modificado por razones obvias al parecerse demasiado al nombre de otra saga que es algo conocida. Trató de vender su trabajo a diferentes editoriales con escaso éxito, pues todas le rechazaban. No fue hasta el año 2002 en el que se alzó con el premio Writers of future cuando logró vender los derechos de la obra a una editorial, con ella tomaría la decisión de dividir su obra en tres tomos. El primero de ellos, El nombre del viento, llegaría a las librerías extendiéndose como la pólvora y alcanzando un éxito sin apenas precedentes para un autor debutante.


LA HISTORIA DE UN HÉROE CAÍDO

El nombre del viento comienza contándonos la historia de Kote, un posadero que tranquilamente regenta su posada conocida como Roca de Guía en un pequeño poblado llamado Newarre, alejado lo máximo posible de la civilización. Allí los días pasan mientras se dedica a servir y atender a todos los lugareños junto a su amigo y pupilo Bast. Sin embargo, las cosas rara vez son lo que parecen. El pasado de ese posadero encierra secretos, los secretos de la leyenda de Kvothe, un archiconocido arcanista que durante años ha sembrado las semillas de una historia que no deja a nadie indiferente. En todos los pueblos, tabernas, alrededor de cada fuego, se narran las andanzas del joven Kvothe, su auge, sus proezas; también su dolorosa y misteriosa caída que le ha obligado a cambiar de nombre y perderse en los confines más recónditos de la Mancomunidad, pero realmente nadie conoce la verdad. Nadie salvo él. El propio Kote, el mismo Kvothe.

Cuando el escribano llamado Deevan Lochees y apodado Cronista llega a la posada atraído por rumores que susurran que Kvothe se encuentra en Newarre, halla lo que queda ahora de esa leyenda: un posadero que parece envejecido y que ha perdido la chispa del héroe. Sin embargo, gracias a sus métodos de persuasión consigue convencer a Kote para que le conceda tres días en los que el posadero le contará su historia. La verdad que hay tras el mito.

"Solo la verdad podría romperme. ¿Qué hay más duro que la verdad?" Kvothe.

NARRATIVA EN PRIMERA PERSONA Y SUBJETIVIDAD DEL NARRADOR

A partir de este punto de la novela, nos adentramos en una perspectiva en primera persona y los hechos serán narrados desde el punto de vista del propio Kvothe quien comienza recordando su niñez, las tragedias que ha vivido y las diferentes etapas que ha sufrido. Esto solo será interrumpido por algunos pequeños y puntuales pasajes en los que se dan interludios para que regresemos al momento presente, a la posada donde Kvothe le está contando su historia a Cronista. Pequeñas interrupciones que sirven para dar un enfoque diferente a la historia y observar cómo está afectando a Kvothe abrir su corazón y narrar sus traumas.

Kvothe es un excelente narrador y lo relata todo de una forma que genera una empatía muy profunda. La narrativa en primera persona logra que el lector pueda sentirse identificado más fácilmente con los sentimientos del personaje, y que este último se recree en ellos logrando una conexión más íntima. Esta peculiaridad de contar una historia dentro de una propia historia, un relato del que ya sabemos el final, pero no el proceso hasta llegar a él, es lo que hace especial a esta obra, además de su exquisita y fina prosa. Rothfuss es un escritor fantástico con una transmisión, descripciones y comparaciones colosales. Su forma de escribir es muy reconocible y embriaga al lector con suma facilidad. Hay momentos impactantes en los que la narración en primera persona ayuda sobremanera a adentrarte en la historia y sentir que tú mismo estás viviendo o sintiendo lo que sufre el joven Kvothe, dejando recuerdos imborrables en nuestra memoria.

"Sé de unos padres que han estado cantando unas canciones que no hay que cantar".


 

Esta narrativa puede hacer que nos preguntemos: ¿Es Kvothe un narrador honesto u objetivo? Está presente la subjetividad en cada descripción que hace, en cómo habla de cada personaje. Los sentimientos que nosotros vemos y podemos tener hacia los elementos de la obra son los que el propio Kvothe tiene hacia ellos, pero además, ¿estará Kvothe mintiendo a Cronista? ¿Es sincero o tendrá interés en que la historia se difunda de esta manera? Puede que algún día, si llegan a salir Las puertas de piedra, lo sepamos.

"No te creas las todas las historias que te cuenten, Bast, las historias mienten". Kvothe

CONCLUSIONES

Para mí esta obra, junto a su segunda parte El temor de un hombre sabio, es una de mis favoritas y  probablemente una de las que más me ha influido en mi forma de escribir. También es una de las principales culpables de que tomara la decisión de adentrarme en el mundo de la literatura y consiguiera publicar mi propia novela.

Tiene detractores que argumentan que está sobrevalorada, debido a que no aporta nada diferente al género, que su historia tiene los ingredientes y arquetipos más comunes de la fantasía clásica: la historia de venganza, el maestro, la escuela de magia, la chica de la que está enamorado, pero cuyo amor no puede poseer... Tengo que decir que esas críticas son certeras.
Igualmente, la prosa y la forma en la que está escrita son magistrales y cautivan a cualquiera que decide comenzar a leerlo.

También se ha acusado al autor de haber caído en el cliché de Gary Stu. Para quien no lo sepa, se conoce como Gary Stu a los personajes idealizados en las obras y que suelen compartir una serie de rasgos comunes como su precocidad, su extremada inteligencia o carisma irresistible. Con ellos consiguen sortear todos los obstáculos gracias a su ingenio. Se suele decir que en estos casos los autores están reflejando a su álter ego en las obras. En mi opinión, he de decir que a mí Kvothe me parece un Gary Stu... a medias. Si bien es cierto que posee una gran inteligencia y carisma por lo que resuelve la mayoría de embrollos, también podemos ver otra cara del personaje cuando conocemos que ha pasado por tanta penuria y desgracia. Tengo otros argumentos para rebatirlo, pero no puedo hacerlo sin caer en el pantanoso terreno de los spoilers.

Para acabar, que hablando de este libro me enrollo más que las persianas. ¿Recomiendo este libro a alguien que no lo haya leído? Para responder a esta pregunta mejor te dejo aquí debajo lo que habla Kvothe sobre sí mismo, porque ¿qué quieres que te diga yo? Si al igual que el propio Kvothe tampoco soy objetivo. 

PD: Y honesto mucho menos.

 

"He robado princesas a reyes agónicos.
Incendié la ciudad de Trebon.
He pasado la noche con Felurian y he despertado vivo y cuerdo.
Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los dejan entrar.
He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día.
He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.      
  Quizá hayas oído hablar de mí.” 


 

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Comentarios

  1. Me alegra leer tan atinadas palabras sobre una obra que adoro incluso habiéndola leído fuera del público al que va dirigida. Me gustaría hacer hincapié en lo que has mencionado sobre no aportar ninguna idea original. Yo también opino que esta obra no aporta ninguna ruptura ni originalidad ni nada de aquello que se estima en estos tiempos. Cuenta una historia contada miles de veces y la cuenta muy bien, con ritmo, te atrapa. No se puede pedir mucho más a las novelas, cualquiera que sea, el resto es esnobismo y pretenciosidad. Una idea es una cosa muy rara, rarísima, casi todo surge de un caldo de cultivo. Llamar a algo "nuevo" es trazar una línea divisoria arbitraria en una serie de sucesos graduales. La prueba es que cualquier autor puede ser reivindicado en cualquier momento y de hecho así se hace. En fin, una maravillosa novela.

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